¿Qué es un trastorno alimentario?
En las
últimas tres décadas los problemas de conducta alimentaria han surgido con
mayor frecuencia en la población adolescente. Estos abarcan una gama de
trastornos que se manifiestan de forma crónica y progresiva, con síntomas
psicológicos y físicos; donde prima la distorsión de la auto-imagen corporal y
un intenso temor a subir de peso. Entre estos encontramos a la anorexia
nerviosa y la bulimia nerviosa.
La
anorexia nerviosa se caracteriza por la excesiva pérdida de peso de la persona,
debido a que deja de comer de forma progresiva, siguiendo dietas muy estrictas
y realizando acciones excesivas para eliminar calorías, tales como auto
inducirse el vómito o la obsesión por el ejercicio físico.
La
Bulimia Nerviosa se caracteriza principalmente por los llamados
"atracones", son episodios de voracidad donde se ingiere grandes
cantidades de comida en periodos cortos de tiempo. Al terminar los atracones la
persona experimenta culpabilidad y miedo a aumentar de peso, por lo que busca
eliminar lo ingerido por medio de la "purga" (fomentarse el vómito o
utilizar excesivamente los laxantes y diuréticos).
A
diferencia de la anoréxica, la persona con bulimia no es capaz de seguir un
régimen de dieta estricto, ya que manifiesta un alto grado de impulsividad. El
perfil de una persona con anorexia es generalmente rígido, perfeccionista, de
altos rendimientos y sensible a la crítica; mientras que la bulímica
generalmente muestra cambios de ánimo abruptos e impulsividad.
Es importante informarse acerca de estos
problemas, ya que frecuentemente las personas que la padecen se tratan cuando
el trastorno está muy avanzado. En el caso de la anorexia llegan en un estado
de inanición, malnutrición, problemas cardiovasculares, problemas
gastrointestinales, descalcificación de los huesos, la amenorrea, entre otros.
En
la Bulimia con pérdida del esmalte dentario, daño en las encías, paladar y
garganta (por la conducta prolongada de fomentarse el vómito), pérdida
considerable de potasio con riesgo de paro cardiaco, disminución de la presión
arterial, mareos, debilidad muscular, calambres; problemas en el aparato
cardiovascular, respiratorio, urinario y genital, entre otras afectaciones
físicas.
Como
vemos, la anorexia y la bulimia comprometen seriamente al organismo y desarrollan
problemas severos y muchos de ellos irreversibles. Existen múltiples aspectos por
la que se puede originar estos trastornos, por lo general son problemas con la
autonomía, baja autoestima, problemas familiares, temor a asumir
responsabilidades, patrones de personalidad perfeccionistas y de autocontrol, así
como una vulnerabilidad emocional que engloban todos estos factores.
Para
ayudar a las personas que padecen estos trastornos se debe realizar un tratamiento
en conjunto con médicos, psiquiatras y psicólogos, para poder cubrir e
intervenir todos los aspectos del problema. Se ha demostrado que la
intervención psicológica en el tratamiento es de suma importancia, ya que el
trasfondo del problema tiene características netamente psicológicas.
Se
observan avances significativos en los pacientes que logran trabajar y afrontar
sus dificultades personales. El trabajo
en estas áreas pueden asegurar la base de una vida saludable, sin tener que
recurrir a conductas que atentan contra su vida. Es por eso que se debe estar
informado sobre los detalles de los trastornos de conducta alimentaria, ya que
nos puede llevar a una intervención temprana y una mejor recuperación; donde el
compromiso familiar es de suma importancia.
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