El Trastorno Límite de la Personalidad: ¿Qué es? y ¿Cómo reconocerlo?
Paola
es una chica de 20 años que es llevada a un servicio de psiquiatría por su
madre, la cual señala, preocupada, que en los últimos años su hija se ha vuelto
muy agresiva, discuten con frecuencia en casa, ha llegado a levantarle la mano,
la nota muy irritable y el último fin de semana le observo que presenta ligeros
cortes en los brazos. Por su parte Paola manifiesta que está cansada de la vida
que lleva, siente que esta vacía por dentro y quiere morirse, es consciente que
reacciona mal frente a la más mínima crítica, cosa que no solo pasa con su
familia sino con amigos también, y se siente muy triste porque no sabe cómo
controlarlo, su única vía de alivio es cortarse. El diagnostico que le dan es:
“Trastorno Límite de la Personalidad”. Tanto madre como hija salen
desconcertadas y confundidas pensando ¿Qué será realmente eso?
El
trastorno límite o borderline de la personalidad es uno de
los once trastornos de la personalidad que se ubican en los manuales
diagnósticos (DSM o CIE). Su aparición se da en 1980 en la tercera edición del
DSM y es uno de los más estudiados por la literatura científica actual. Constituyen
el aproximadamente el 11% de pacientes que son vistos en consultas ambulatorias
y el 19% de pacientes internados en unidades psiquiátricas. A pesar de que el
uso de los términos “límite” o “borderline” son muy difundidos en el ámbito
clínico, actualmente es mejor y genera un mayor entendimiento el término
“Desorden de desregulación emocional”.
Los
criterios diagnósticos pueden variar de acuerdo al tipo de orientación
terapéutica y fuente, sin embargo presentaremos los más usados que provienen
del Manual Diagnostico y Estadístico de
los Trastornos Mentales (DSM) en su versión IV- TR. Según este, el
Trastorno Límite de la Personalidad se caracteriza por presentar un patrón
general de inestabilidad en las relaciones, la autoimagen y la efectividad,
acompañada de un comportamiento impulsivo que comienza a principios de la edad
adulta y se presenta en varios contextos,
como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:
- Esfuerzo frenéticos para evitar un abandono real o imaginario (Nota: no incluir los comportamientos suicidas o e automutilación que se recogen en el criterio 5)
- Un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas caracterizado por la alternancia entre los extremos de idealización y devaluación.
- Alteración de la identidad: autoimagen o sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable.
- Impulsividad en al menos dos áreas, que es potencialmente dañina para quien la experimenta (p.ej. gastos, sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida) (Nota: no incluir los comportamientos suicidas o e automutilación que se recogen en el criterio 5).
- Comportamientos, intentos o amenazas suicidas recurrentes, o de automutilación.
- Inestabilidad afectiva debido a una notable reactividad del estado del ánimo (p.ej. episodios de intensa disforia, irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas, y rara vez unos días).
- Sentimientos crónicos de vacío.
- Ira inapropiada e intensa, o dificultades para controlarla (p.ej. muestras frecuentes de mal genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
- Ideación paranoide transitoria relacionada con el estrés o síntomas disociativos graves.
Fuente:
First,
M. (2001) DSM – IV- TR: Manual Diagnostico y Estadístico de Trastornos
Mentales. Masson: Barcelona.
Comentarios
Publicar un comentario