¿Qué es la rebeldía?
La rebeldía es una serie de
comportamientos característicos de la etapa de la adolescencia, que se da entre
los 12 y 19 años aproximadamente. Normalmente se manifiesta con constantes protestas, cambios de humor y oposición hacia
los padres, tutores o figuras de autoridad.
El comportamiento rebelde de los adolescentes
Primero debemos entender que esta
serie de comportamientos son normales durante esta etapa, ya que son fruto de
la búsqueda de identidad e independencia por parte del adolescente. Este
proceso de autoafirmación choca frecuentemente con los caracteres de los
padres, produciendo discusiones y un intento del adolescente por cambiar la
visión y el trato hacia ellos.
Los cambios a nivel fisiológico
más las nuevas experiencias, generan en el adolescente desorientación,
variación en su forma de pensar y sentir, falta de dominio de sus emociones y
una actitud de rebelión frente a lo que considera injusto o fuera de su lógica.
Necesita paciencia y tiempo para poder sentar las bases de su identidad, el
autodominio y la desaparición progresiva de la actitud de rebeldía.
¿Qué pueden hacer los padres?
La adolescencia es una etapa donde
las relaciones con los hijos se hacen más complejas. Veamos algunas
recomendaciones:
- Corregir lo importante: No es adecuado ni efectivo estar constantemente criticando sus gustos e intereses, sino centrarse en temas como la violencia , las drogas y el cumplimiento de sus responsabilidades; a fin de no generar discusiones innecesarias que puedan llevar a no escuchar las cuestiones realmente importantes. Siempre es mejor el ejemplo y reforzar las conductas adecuadas, que castigar las no adecuadas.
- Delegar responsabilidades: Es aconsejable dejar la sobreprotección e ir dando responsabilidades y pedir cuentas por ellas.
- Favorecer una buena comunicación: Cultivar la relación con los hijos desde pequeños, pasando tiempo juntos mediante actividades de diversión y conversaciones de un tono más serio, de esta manera llegar a la adolescencia no será tan difícil.
- Escuchar antes de aconsejar: En esta etapa es mejor escuchar que dar muchos consejos, a veces un buen oído vale más que mil palabras, sobre todo si estas solo son críticas.
- Comprender los cambios de ánimo: Debido a la montaña rusa de emociones que expresa el adolescente, es mejor no darle tanta importancia y mostrarles que están ahí para escuchar.
Es importante tener en cuenta que hay patrones de comportamiento
propios de esta etapa; sin embargo cuando este excede el límite de lo normal,
mediante conductas depresivas, agresivas o fuera de control, será necesario solicitar
la ayuda de un profesional.
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