Cuando los padres se separan


La separación de la pareja es uno de los acontecimientos más difíciles y estresante para los hijos, principalmente cuando aún son pequeños, esto debido a que están acostumbrados a ver a los padres juntos.

Este periodo de crisis, cambios y una nueva adaptación en el sistema familiar, afectará emocionalmente a los hijos, produciendo en ellos tristeza, soledad y temor a que los abandonen o ya no los quieran. En ocasiones llorarán, estarán sensibles, tendrán problemas de sueño y alimentación.

Ellos se darán cuenta que la situación no están bien, por lo que se debe brindar una explicación, adaptada a su edad, sobre la decisión de ruptura. Es importante que no se les mienta, ya que esto podría generar inseguridad y desconcierto.

Aquí tenemos algunos puntos para ayudar a una mejor adaptación:

  • La adaptación debe ser lo más gradual posible, por lo que le recomendamos tratar de no cambiar radicalmente la forma de vida del menor.
  • Si son niños, pueden hacer algunas de las siguientes acciones para superar los sentimientos de tristeza: Gritar, golpear un cojín, dibujar, colorear, escribir una historia, escuchar música.
  • Los padres deben demostrar su amor de diversas maneras, por medio de palabras, del contacto físico (abrazos y besos) y comprendiendo la situación por la que están pasando.
  • Facilitar a los hijos los encuentros con el integrante que ya no está en casa, pactar las visitas sin horarios rígidos, teniendo siempre en cuenta la opinión de los hijos. Se necesita dejar a un lado los problemas como pareja y priorizar en el bienestar y desarrollo de los hijos.
  • Por más que haya dificultades se debe evitar hablar mal del padre o la madre, o forzar a que los hijos le tengan antipatía contra la pareja y sus familiares.
  • No permitir que los hijos los utilicen para poner a un padre en contra del otro y así obtener beneficio de ambos.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Relaciones tóxicas y cómo salir de ellas

¿Cómo vencer los miedos?

Dependencia emocional: ¿Qué es? y ¿cómo reconocerla?