Cómo superar mi trastorno de conducta alimentaria

Los problemas de conducta alimentaria se caracterizan por su cronicidad, la tendencia a las recaídas, la afectación del rendimiento psicosocial y un elevado riesgo de suicidio. Pueden incrementar el riesgo para futuros episodios depresivos, trastornos de ansiedad, abuso de sustancias, obesidad y problemas de salud en general.

Si bien es cierto lo que a continuación se va a detallar no forma parte de la “salvación” con respecto a superar un problema alimentario, al menos lo que pretende ser es una guía de actuación en tanto se busca ayuda profesional.

Se podría comenzar retomando hábitos saludables, tales como establecer horarios fijos para las comidas y procurar repartirlas entre 4 o 5 veces al día, evitando saltarse una o comer entre estas. Procurar que la dieta sea sana y equilibrada es un paso de suma importancia, que sea lo más variada posible, evitando exceso de alimentos  industrializados y comida rápida.

Fomentar una buena comunicación familiar, donde se toquen diversos temas libres de juicios o sentencias, de esta manera se irá dando pase a la apertura entre sus miembros, pudiendo comunicar abiertamente el problema que le aqueja. Si bien es cierto se sugiere que adopten hábitos saludables en cuanto a su alimentación, también es recomendable que esta situación se vaya expandiendo a los demás ámbitos de la vida, tales como la actividad física, el sueño, entre otros.

Al igual que en muchos momentos de la vida, reconocer que hay un problema es sumamente difícil y una labor titánica; sin embargo, al reconocerlo se hará que la recuperación sea más llevadero.

Retomando lo que se mencionaba al inicio, además de estos pequeños consejos, es importante que cuando se reconozca la existencia de un problema, se busque apoyo en un familiar o persona de confianza, para que juntos  vayan en la búsqueda de un tratamiento especializado para dicha problemática. Si se deja de lado esta situación o se toma como parte de una etapa (rebeldía, búsqueda de identidad o parte de la adolescencia) se corre el riesgo que empeore y se torne mucho más problemático.